PLANETA HUMANO
Nuestro mundo muestra
una gran indiferencia por el ser humano. Nuestro planeta está habitado por
humanos, pero, la actitud, hacia el ser humano no es de humanidad sino de mortandad.
Experimentamos y nos gloriamos de acabar con la propia existencia o mejor dicho
con la raza humana. Decía John Lennon que, “vivimos en un mundo en el que
nos escondemos para hacer el amor, mientras la violencia se practica a plena
luz del día”.
El
mensaje plantea una visión crítica sobre la falta de humanidad en la actitud
del planeta hacia el ser humano, enfatizando una realidad donde la violencia y
la mortandad predominan. Efectivamente, la violencia en el mundo genera
consecuencias graves: produce aproximadamente 1.4 millones de muertes anuales,
siendo una causa principal de muerte, especialmente entre los jóvenes, con
impactos que van desde lesiones físicas hasta problemas psicológicos y sociales.
La
violencia afecta principalmente a personas jóvenes, económicamente activas, y
está relacionada con factores como homicidios, suicidios y violencia
interpersonal. En
regiones como América Latina, la situación es especialmente crítica, con las
tasas de homicidio juvenil más elevadas del mundo y un vínculo estrecho con
pandillas y violencia urbana. El sufrimiento humano fruto de esta violencia se
vuelve palpable y se refleja en acciones concretas, como la percepción social
de deshumanización y exclusión, tema también relacionado con conflictos
geopolíticos donde grupos enteros son tratados con inhumanidad.
Además,
la crisis ambiental y la indiferencia hacia el planeta contribuyen a un
sentimiento de amenaza hacia la supervivencia misma de la raza humana. El deterioro ambiental, la contaminación y el
cambio climático refuerzan la sensación de que el planeta sigue un curso que no
favorece la vida humana, más bien amenaza con deteriorar las condiciones para
las generaciones futuras.
La
cita de John Lennon reflejada en el texto subraya la paradoja de un mundo donde
acciones humanas íntimas y necesarias como el amor se ocultan, mientras la
violencia se vive públicamente y con impunidad.
Por
tanto, el planteamiento describe un mundo que, simultáneamente, sufre las
agresiones humanas sobre sí mismo y sobre el planeta, generando una
"mortandad" que parece ser aceptada o glorificada socialmente, y se
destaca la necesidad urgente de un cambio profundo hacia actitudes de humanidad
y respeto tanto social como ambiental.