UNA REFLEXIÓN SOBRE EL
COLECTIVO Y SUS REPETICIONES INCONSCIENTES
“No hay mal que dure sin cien años ni pueblo que lo
resista”
De esta manera, tras los procesos de
Fujimori, Toledo, García, Humala, Kuczynski y Vizcarra, Perú se muestra en
evidencia como uno de los países de América Latina donde la corrupción es
sistemática, y la legitimidad de las instituciones se pone en tela de juicio.
La Ley en el Perú, está dada para tener este tipo de
autoridades. Pues, la CPP (Constitución Política del Perú) desde 1990, lo
permite.
Recordemos que somos parte de la cultura occidental, globalizada, racionalista, consumista y materialista. Sin embargo, es curioso
que, más que lo racional y las propuestas de ideas claras, pesa lo subjetivo y
lo emocional, en la elección de las autoridades (sucede en el deporte, la
política y la religión). Se pierde la objetividad y se impone la subjetividad
(la cara bonita, habla bien, nos promete obras y un gobierno honesto etc.)
A esto, se agrega otra observación histórica, el “subconsciente
colectivo” en la mente de la gente (el hombre sufrido del ande, el pobre que
surge de la nada, el campesino que merece una oportunidad, etc.) que se ve
reforzado, de alguna manera retorcida, por la misma conquista, y no por “el encuentro de dos mundos”, para disfrazar
los hechos, pues, la conquista es violenta y sangrienta, y no dándose la mano y
el abrazo; este “aporte de los conquistadores” incluye a su paso el desprecio,
la muerte, la opresión, la discriminación, el mutilar las creencias, la
imposición religiosa, etc., que si logramos un análisis nos conduce, a la sumisión,
a las cero protestas, a la resignación y a la amargura disfrazada de compasión,
que impide la visión de futuro y empuja a la resignación al presente.
Es decir, un pueblo que es maltratado, que se lamenta de
sus heridas y, por otro lado, quiere olvidar a quien le hace daño. Y se vuelve
a repetir el círculo vicioso, en la elección de las autoridades, un pueblo que
aparentemente todo lo cuestiona fríamente, pero que, a la hora de elegir se vuelve
tímido y sentimental. Prevalece el subconsciente colectivo de la sumisión.
Tengamos presente que, hay una dura resistencia de
“poderosos” que impiden el cambio o la modificación de la CPP, y siguen
“anclados” en los 3 poderes del estado (Ejecutivo – Legislativo – Judicial)
¿Quién o quiénes quieren un cambio? ¿Son los ciudadanos
los que deben tomar la iniciativa? ¿Seguimos esperando que las autoridades lo
hagan? Hay que re-pensar todo, desde la familia, los valores, la educación, los
grupos representativos, la juventud.
“No hay mal que dure sin cien años ni pueblo que lo
resista”