lunes, 29 de diciembre de 2025

EL CONCEPTO DE TI MISMO

 


EL CONCEPTO DE TI MISMO

El proceso humano de crecer, es permanente y nunca se detiene. Depende de cada uno de nosotros, saber que, nada es imposible si te propones seguir creciendo en valores y en amistad contigo mismo. Me amo, me quiero, me cuido, me acepto, me estimo, me valoro…, debe ser el lenguaje central en tu vida diaria. Esto puede parecer egoísta y narcisista (RAE: Persona que cuida en exceso su aspecto físico o que tiene un alto concepto de sí mismo)

 

Pero, tengamos presente que, el verdadero amor y la preciada autoestima, empieza y termina en uno mismo, y se proyecta en los demás, como servicio y amor al prójimo. Eres el principio y el fin de tu persona. En palabras de Cristo: “Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Marcos 12,31). Esta simple frase es uno de los más importantes mandamientos de la Ley divina. No olvidemos que, es el eje central del cristianismo. La razón de nuestra fe.

 

Nuevamente en Mateo 25,40; Cristo dice: “Lo que hicieron con uno de éstos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicieron”. Así que, existe una excelente relación de uno mismo y con las demás personas, y con todo lo que nos rodea. Hablamos en sentido cristiano, pero, sobre todo humana, nos debemos a los demás, la fragilidad humana nos permite depender de los demás, desde nuestro nacimiento, cuidado, alimento, hogar, educación, valores, etc.

 

No debe haber ningún problema en afirmar que, tal como me amo, amo a los demás; tal como me trato, trato a los otros; tal como me ayudo y me estimo, ayudo y estimo a los otros; tal como me desprecio y me rechazo a mí mismo, desprecio y rechazo a los demás; como vemos aquí, no hay ningún secreto para nadie. Damos lo que somos y recibimos lo que somos. No hablamos de ninguna ley del karma que asusta a muchos. Y si te asusta el karma, has algo simple, bendice con reverencia y desea la mejor a esa persona o situación, y rompes esa maldición o esclavitud.

 

Somos exactamente nuestra medida y la medida de los demás. Ni más ni menos ¿Hipocresía? (Biblia: fingir ser lo que se es, actuar de manera contraria a las propias creencias para obtener reconocimiento) No hay ni existe ninguna hipocresía cuando manifestamos lo que somos, todo está en la percepción, interpretación y las propias creencias que proyectamos, pero, algo que si debe quedar claro es, jamás “uses” o “cosifiques” a las personas con tus palabras y trato. El ser humano no es objeto para mis caprichos y mis imposiciones. Es libre y debemos respetar ese espacio maravilloso. Es decir, desea y procura para los otros lo que quieres para ti mismo, respeto, dignidad, valoración, reconocimiento.

 

Habiendo aclarado algunos puntos, volvemos a lo dicho en el primer párrafo, el crecimiento humano es un viaje personal, permanente, con una libre elección de automejora en valores y autoconocimiento continuo, donde el amor propio – me amo, me quiero, me estimo, me valoro – es el eje que nos permite superar obstáculos para llevar una vida realizada, afirmando que, nada es imposible, aquí y ahora, si estás enfocado en tu desarrollo interno.

 

En la vida es importante tener una actitud de crecimiento permanente, porque ésta no se detiene ni por las circunstancias que la rodean, además, toda evolución es continua en el espacio y el tiempo, es decir, no termina. Por lo tanto, debemos seguir creciendo en aquello que, nos hace más humanos como, por ejemplo: el lenguaje, la imaginación, la inteligencia, las habilidades creativas y sociales, la conciencia, el respeto, la solidaridad, etc.

 

Resaltar la grandeza de la responsabilidad personal. Un indicativo evidente de la madurez humana, es cuando dejamos de culpar a los demás de lo que nos pasa o sucede. Ojo, y también es bíblico: “No juzguen a los demás y no serán juzgados” Mateo 7,1.  En una cultura como la nuestra, preocupada más por lo que sucede fuera y no dentro de nosotros, nos pasamos demasiado tiempo, “sabiendo” de vidas ajenas y lo peor de ello, como si fuera eso lo más importante; y nos deja una sensación de vacío, porque buscamos fuera lo que está dentro de nosotros.  

 

Aquí, un paréntesis. Para citar lo que expresa bellamente san Agustín, en sus “Confesiones”: “Tú estabas dentro y yo te buscaba fuera”, cuando él buscaba intensamente la esencia de su vida, la razón de ser de su existencia. Buscaba fuera, en cosas creadas y externas – filosofías, personas, placeres – en lugar de enfocarse y potenciar su interioridad. Volviendo a nuestra reflexión, toda inquietud e interrogante debemos buscar la respuesta dentro de nosotros, la paz, la armonía, el amor se construyen desde dentro.

 

Otro punto básico, del crecimiento humano, es cultivar los valores. En el lenguaje humano, la palabra o el verbo, tiene un gran poder, los valores son palabras poderosas creadas con un significado especial. Los valores son “cualidades que poseen algunas realidades, consideradas bienes, por lo cual son estimables” (RAE). En la vida real lo traducimos en principios, normas o virtudes que, guían nuestra conducta en relación recíproca, es decir, mi relación personal y social. Ser con los demás. La conducta humana es inherente a las relaciones sociales. Nos realizamos con los demás, por ello, los valores son los pilares de la vida, como el respeto, la comunicación, el reconocimiento, la ayuda mutua, la trascendencia de los actos bondadosos.

 

Es fundamental, entender nuestro potencial para superarnos. Te descubres a ti mismo en tu diario acontecer. Conocerte a ti mismo, es el gran desafío. Tú tienes la luz y ésta está dentro de ti. No eres un ser separado, porque eres unidad. Despierta tu verdadero poder. Necesitas desarrollar tus habilidades cognitivas, físicas y sociales, porque te permitirán desenvolverte en las diversas situaciones de la vida para alcanzar lo que te propones. Enfócate en tu mundo interno, evita distraerte en las cosas externas, cultiva tu estado mental, prioriza tu atención en lo que es importante para ti, permítete ser más efectivo y afectivo, y responsable en la vida.

 

Jamás dejes de crecer y de aprender en la vida. Todo depende de ti en tu desarrollo personal. Lo que te rodea también debe ayudarte a ser mejor. 

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