domingo, 27 de octubre de 2024

CUANDO ERA NIÑO... VER CRECER A L@S HIJ@S

 


CUANDO ERA NIÑO…

VER CRECER A L@S HIJ@S

 

El amor es amor, es amor y punto. Si te amas, amas; si no te amas, no amas. ¿Qué no entendemos de esta frase?

El amor no acaba nunca… Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño. Al hacerme hombre, dejé todas las cosas de niño” 1 Corintios 13, 8-11

 

Nada más contagioso y dañino que el temor. Quien debería tener miedo a crecer, es justamente el niño, sin embargo, cuántas veces los padres están tan pendientes de todo lo que les pueda pasar a sus hijos, que los que, están llenos de temores son justamente quienes deberían tener la plena confianza en sí mismos. Ese temor que papá o mamá tienen termina perjudicando a los hijos.

 

Nos dice, san Lucas 2, 52 "Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres", el único temor que tuvieron María y José, fue en aquella oportunidad que fueron a la Pascua en Jerusalén y de regreso, Jesús se quedó en el templo, conversando con los doctores de la Ley. Jesús estaba en lo suyo. Amar a su Padre y dar a conocer su mensaje de amor. Jamás se perdió y jamás lo perdieron.

 

Papá, mamá, descubre en tus hij@s esa sabiduría infantil, ese amor incondicional, esa actitud abierta para vislumbrarse y admirarse ante lo nuevo, como si fuera la primera vez que observas algo. Mamá, papá. Aprende a descubrirte y admirarte en tu propia obra. Ya nos lo recuerda el libro del Génesis 1. 31 "Dios vio que todo cuanto había hecho era muy bueno y muy belloRecuerda siempre que, un hijo, una hija es un regalo del Creador, eres tú el artesano.

 

Habla siempre con la verdad. Habla siempre con tu conducta. Habla siempre mirando a los ojos. Habla siempre con amabilidad. Evita transmitir rabia, amenazas, temores, miedos, inseguridades, dudas, poca fe. Eres tú el referente más seguro para tu hij@... Dale seguridad, fe en sí mismo, que aprenda a ser agradecido, despierta en él y en ella, la plena confianza en Dios que nunca abandona, sé modelo de diálogo, de escucha, de silencio, de oración. Bellamente nos dice san Francisco de Asís: “¡Señor, haz de mí un instrumento de tu paz! …donde haya tristeza, ponga yo alegría

 

Vive con la seguridad en tu corazón de que no estás sol@ en esta tarea de criar y educar a tus hijos. Siéntete, demuestra y acepta esa plenitud de que Dios te ama y nada te puede pasar, ni el más mínimo temor puede ensombrecer tu semblante. Dios te dio esa labor y se preocupa más de ti, que tú mismo de tu persona. “Las aves del cielo no siembran y tienen alimento, las flores se visten de tal manera que ni el mismo rey Salomón lo hizo en vida…, cuanto más hará Dios por ti”.

 

Es digno de admiración, ser testigos de ver crecer día a día a un hijo, a una hija, en estatura, en conocimiento, en confianza, en amor, en vocabulario, en creatividad, en preguntas e inquietudes… pero, lo más bello y realmente extraordinario ¿sabes que puede ser? en palabras de san Lucas: “quedaban admirados de las preguntas y las respuestas que daba”, es decir, debemos seguir aprendiendo de ese niño o niña. Y precisamente el “niño perdido y hallado en el templo” nos lo recuerda: “quien no se hace como niño, no entrará en el Reino de los cielos

 

No es la niñez de la inconducta o la malcriadez, nada que ver. No hablo de eso aquí. Hablamos de la curiosidad, de la plenitud de vivir siempre el presente. De ser mente abierta para seguir aprendiendo en el día a dia. De ser buena gente, educado, respetuoso, agradecido. Alegre, sonriente...

 

Extraordinaria enseñanza de Cristo. Pues, es Él, el Maestro por excelencia. Como siempre Jesús y sus paradojas.  si tuvieran fe como un grano de mostaza, …cosas más grandes verán y cosas más grandes harán pues todo es cierto, ese niño es grande, yo grande, soy el niño. Tú grande no dejes jamás de ser niño. Solamente empatizas con un niño cuando tienes el corazón de un niño.

 

De manera preciosa entendió san Agustín, en esta frase suya: “Señor dame lo que me pides, luego, pídeme lo que quieras,” es decir, “Dios, es más íntimo que yo mismo” Sabe perfectamente quien soy. Dios jamás abandona a las almas generosas. Dios nunca se deja ganar en generosidad. Te pondrá a prueba, pero, confía, ten confianza en Él. Siempre está a tu lado.

 

Recuerda papá, recuerda mamá. Nunca perderás a ese niño o a esa niña, solamente ha crecido, es más independiente, se hace adulto, será profesional, dejará algún día el nido, y seguirá transmitiendo esa sonrisa, esa paz, esa armonía, esa virtud, esa fe inquebrantable, ese amor que, tú algún día, sembraste en él o en ella. Tú hiciste lo mismo con mi abuelo y mi abuela. Te criaron, te educaron para la vida y estás agradecid@ a ellos. Gracias abuelos por mis padres que amo.

 

Ten presente estas palabras del Ángel Gabriel a los pastores: “Paz a los hombres que ama el Señor”. Dios siempre nos amó primero. Es un dignísimo saludo y es una dignísima despedida desde lo divino para lo humano, para alguien que todo lo dio, día a día para transmitir lo mejor de sí, desde el corazón humano para llegar al corazón divino. Papá, mamá. Nada has perdido. Nada se perdió. Todo lo ganaste en el corazón de Cristo. Él te iluminó. Él te iluminará. Él decidió tu caminó. Sé siempre agradecid@.

 

Eternamente agradecido a mis amadísimos padres. Un gran abrazo y beso. Gracias papá, gracias mamá “El amor no acaba nunca… Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño. Al hacerme hombre, dejé todas las cosas de niño…” 1 Corintios 13, 8 -11

 



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