HOMENAJE PARA MIS
PADRES: MAURA E ISTÁN
Un homenaje especial a mis amados padres. A cuatro
años de su partida. Partieron a la casa del Padre Dios, y gozan de la presencia
divina. Istán y Maura, simplemente y de corazón, gracias. Mis padres, siempre
estuvieron unidos por la amistad, el compañerismo y el amor. Istán y Maura, mis amados padres, se
conocieron y decidieron caminar juntos 55 años, y al final del camino, también
partieron unidos al encuentro del Padre celestial. Un gran abrazo y
bendiciones.
EXCELENTES
COMPAÑEROS DE CAMINO
Siempre mostrando una actitud positiva y alegre. En
palabras del Maestro Jesús: “Ya no los
llamo siervos sino amigos”. La vida siempre trae sorpresas que a veces
rebasa nuestro entendimiento. Siempre eran previsibles sus palabras y sus
actos. Bastante empáticos y cercanos,
amables y dialogantes. Simplemente, nos marcaron el siguiente paso para
continuar el camino, por ejemplo, Istán disfrutaba siempre con nuestras
caminatas y Maura siempre disfrutaba conversando y escuchando.
ERAN
AMIGOS DE DIOS Y DE SU MADRE SANTÍSIMA
Ambos estaban muy comprometidos con sus convicciones
espirituales y religiosas, muy animados siempre estaban presentes en la misa
dominical y en las procesiones. Amigos
de las personas más necesitadas y desamparadas, siempre tenían algo para
compartir con ellos. Amantes de las devociones a Jesús y a María, también
estuvieron consagrados al Corazón de Jesús, a la Legión de María y otros
grupos. Vivian su testimonio y
compromiso cristiano, y el amor al prójimo, a Istán le gustaba orientar a
los jóvenes, y lo hacía con todo su cariño y entrega como un apóstol del Señor;
a Maura le gustaba la sencillez de la vida, nada de ostentaciones, era un
apóstol aconsejando a sus hij@s.
DIOS
SIEMPRE ESTUVO PRESENTE EN SUS VIDAS
Dios no está fuera ni al margen el
ser humano, está en él y es lo más íntimo que poseemos, el corazón. Se manifiesta desde lo interior de la misma
persona. Dice el Salmo 23: “El Señor es
mi pastor, nada me falta” o el Salmo 8: “Señor, ¿qué es el hombre para que te
acuerdes de él?”. Dios, la Fuente de la Vida, los llamó porque todo lo que
habían hecho lo hicieron bien. Y escuchamos en palabras del Maestro Jesús: “Siervo bueno, ven a tomar el lugar
preparado para ti”. El mismo Señor, Todopoderoso, los invitó para compartir
la mesa de la amistad eterna.
PSICOLOGÍA
DE LA COTIDIANIDAD Y LA PERSEVERANCIA
Tenían cada
cual un estilo peculiar para orientar, aconsejar y corregir, siempre daban la
posibilidad para enmendarnos y rectificarnos, para Istán, de acciones
prácticas, el lenguaje preferido era: “van uno”, hasta que parecía que
olvidabas lo dicho, y a la siguiente travesura de chiquillo que metía la patas,
en algo que le molestaba, repetía: “van dos”, por supuesto, uno olvidaba
aquellas palabras, hasta la tercera vez que llenaba el vaso de las
advertencias. Para Maura, de acciones reflexivas, su estilo era más de amistad
y de perdón, de acercamiento y acompañamiento; por ello, ambos tenían excelente psicología pedagógica para con sus hij@s.
SIEMPRE
AMANTES DE LA BUEN MESA
Después de algunas tareas donde tod@s
estábamos involucrad@s para ayudar en casa, había la promesa de una “buena
comida”, o en sentido figurado “mejoramiento
de rancho”, o el estar de “mantel largo”, así se premiaba y se regocijaban
Istán y Maura, y nos premiaban a sus hij@s. El ritual más agradable y solicitado siempre es compartir el “pan”, el
nutritivo y sabroso alimento. Sentarse alrededor de la mesa, para alimentar
el cuerpo, la familiaridad, la amistad y la complicidad que, tod@s con
colaboración y solidaridad salimos ganadores.
LA
SEMILLA QUE GERMINA, EN LUNA NUEVA Y EN CUARTO CRECIENTE
Son momentos observados en el ciclo
lunar que llaman la atención y tienen un significado especial en la vida,
nacimiento, crecimiento y partida de la naturaleza. Istán y Maura, fueron invitados para explorar un
nuevo lugar o espacio o estado o condición en la conciencia divina. Amantes de
la naturaleza y de la sencillez de la vida. Nos dice el mismo Jesús en sus
enseñanzas: “La semilla tiene que ser
enterrada para dar fruto”, esa es nuestra humilde condición humana. “Polvo
somos, y al polvo volveremos”, somos elemento y parte de la naturaleza creada. Esta existencia terrenal es una invitación
para aprender y llegado el momento dar la vida, como la semilla que debe ser
enterrada para nacer a la nueva vida.
ISTAN Y
MAURA NOS DEJARON EXCELENTES ENSEÑANZAS EN FAMILIA
El amor a Dios estaba por encima de
todo; el amor a los padres no tenía discusión alguna; el amor entre hermanos
era la base de la solidaridad y el respeto mutuo; el amor al estudio, a la lectura, a la buena
recreación era condición humana necesaria para el desarrollo personal y
profesional; el amor a las labores o al trabajo era la fuerza y la recompensa
de la perseverancia para la construcción de un mundo mejor; y el amor a la familia era lo más
importante para manifestar el verdadero servicio.
Gracias,
Maura e Istán. Eternamente agradecido y gracias por vuestra eterna presencia en
mi vida. Los amo y están en mi corazón.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario