LOS RITUALES ANTIGUOS TENÍAN UNA
CONEXIÓN CON LA NATURALEZA
La conexión
con la naturaleza es la relación que se establece entre las personas y el
entorno natural, y se puede manifestar en sentimientos y actitudes como el amor, el
asombro o el cuidado. También debemos entender que somos naturaleza
racional y pensante, por lo tanto, estamos
todos conectados con la naturaleza, como la Pachamama y el universo. Todo es
conexión. Todo es energía. Todo es vibración.
La conexión con la naturaleza puede
tener efectos positivos en la salud física y mental, como:
Reducir la
presión arterial. Disminuir el estrés. Mejorar la calidad del sueño. Favorecer
una mentalidad positiva. Aumentar la capacidad de concentración. Fortalecer el
sistema inmunológico. Ser más felices y optimistas en la vida. Lograr la propia sanación.
En las culturas ancestrales todo tenía y tiene conexión,
y de modo sorprendente mucho de esto hoy se ha perdido,
por ejemplo, algunos chamanes, pueden “curar” con sus hierbas y sus
invocaciones instantáneas, también el pensar en situaciones muy agradables o en
personas muy queridas puede sanar. La
ciencia no logra explicar este tipo de curaciones súper rápidas. Lo que
cuenta Greg Braden, en la “oración de petición” de los indios cherokes, es la “vivencia real o imaginaria” lo que hace
que la manifestación sea posible.
También puede hacer referencia a la espiritualidad, como
la conexión con el misterio, lo trascendente, recordemos
que, esto viene del Hemisferio Derecho del cerebro, que capta realidades más
profundas… que, las que pueden captar los sentidos. El cerebro “sufre” una
transformación muy importante cuando está en estados de alteración de la
conciencia. Esto, por ejemplo, cuando
está en meditación o reflexión consciente. También cuando está plenamente
presente en una atención profunda.
La conexión está con la interioridad de la naturaleza
humana, desde lo interior se proyecta hacia todo lo que le rodea. Lograr “entrar” en uno mismo, permite ir a la fuente del todo. Todo está
conectado, todo tiene relación, nada está fuera de lugar o en el lugar
equivocado. Lo interior conecta con el todo, por ello, si se logra penetrar la
propia naturaleza interior, se logra entender que, la propia naturaleza puede
regenerarse a sí misma. De ahí que, es
posible las sanaciones y las curaciones entendidas como milagrosas.
En la espiritualidad budista, las sanaciones milagrosas,
están relacionadas con la propia naturaleza humana. El
ser humano si es capaz de producir y manifestar milagros. Entender este
concepto, es colocar al ser pensante en el lugar que le corresponde por su
propia naturaleza. La contemplación, la quietud, la paz interior son los
portales que dan accedo a todo tipo de sanación y curación. El propio milagro es interno antes que
externo. Nace en la conexión propia, en la vibración de la conciencia
manifestadora.
El mismo Jesucristo, tenía una manera peculiar de sanar. Por ejemplo, sus palabras favoritas eran “tus pecados te son perdonados”,
es decir, sana lo interior, lo más profundo e íntimo del ser humano. Una vez
que se produce la sanación de lo interno, la conciencia, el alma, la mente,
entonces, procede al siguiente paso, cuando dice “levántate, toma tu camilla y
vete a tu casa”. La palabra ha actuado
como un efecto sanador. Quien sana considera que su fe, confianza, su poder
interno está en una elevada exposición y produce lo que desea.
Todo esto tiene que ver con la cultura. La cultura nos condiciona para pensar de un modo distinto o simplemente
nos lleva a repetir patrones ya establecidos. Las conexiones con la naturaleza es todo un arte de la imaginación y de
la praxis. Que pueden llevar a producir resultados maravillosos e inesperados.
La importancia del lenguaje es fundamental para toda manifestación, es lo que
algunos denominan decretar. Pronuncia aquello que mereces tener en la vida,
aquello que necesitas ahora. Agradecer aquello que ya tienes.
Por
lo tanto, en nuestra cultura occidental y racionalista, las manifestaciones sencillas
y espontaneas, el Hemisferio Derecho, no son tan acogidas como responsables y
serias; pues, el proceso de “condicionamiento” cultural, que se hace desde el
Hemisferio Izquierdo, aparece como el dominante. Decimos que queremos ser felices – y lo que buscamos es tener cosas. Nos
cuesta el silencio y la escucha activa; y hay cada vez menos contacto y paseos
por la naturaleza.
Para buscar la conexión con naturaleza que nos rodea y
que percibimos, empieza por la propia naturaleza humana. La importancia de dejar fluir las cosas. Evitar aferrarse a las cosas y
personas. Todo es pasajero. Uno mismo es temporal cuando existe lo intemporal. Manifestamos
y atraemos aquello que pensamos y está dentro de nuestra conciencia. Si no está dentro de la conciencia tampoco
está en la realidad que conocemos. La conciencia consciente y pensante, es la
clave de la conexión y la manifestación en la vida.
Qué tal si pensamos, que todo ya existe como
manifestación invisible, pues, todo es energía.
Piensas y atraes. Atraes lo que piensas. Todo es vibración en el universo. Das poder
a las energías elevadas, pero, también das poder a las energías bajas que no
deseas, por ejemplo, cuando te pasas la vida quejándote de todo y buscando
excusas para avanzar en la vida. Evita traer a tus pensamientos aquello que, no
deseas y te quita la paz. Busca aquellos
pensamientos y emociones que te hacen sentir bien y alegre.
Cerrar los ojos tiene un impacto muy importante en el
cuerpo, buscar la quietud, la paz, la tranquilidad de la mente. El Hemisferio Derecho, está relacionado con la resistencia al cambio. El Hemisferio
Izquierdo, todo lo contrario, por ejemplo: el médico puede diagnosticar 100%
seguro una enfermedad, no duda en comunicar al paciente el resultado; pero, el paciente,
pone en duda este resultado, y decide
practicar yoga (puede tener un impacto que la ciencia aún desconoce), y su
enfermedad “retrocede”. Y ahora, el que duda es el médico, y “replantea” su
diagnóstico. Hay un franco proceso de
sanación.
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