DIFÍCIL CORREGIR
No
mucho tiempo atrás el sistema educativo tenía como lema, “la letra con sangre
entra” y efectivamente a la buena o a la mala aprendíamos de memoria la
lección. Inclusive papá iba a visitar al director con el mensaje expreso,
profesor, si mi hij@ no aprende la lección, por favor, le autorizo que lo
castigue con lo que sea necesario. Infaltables los correazos y los “san
martin” del profesor, y ¡cuidado con quejarte!
Por
lo tanto, las escuelas eran los lugares del terror y del miedo, pobre de ti si
no hacías las tareas o sacabas mal en los exámenes, ni hablar si jalabas de
año. Tod@s recordamos los castigos si llegábamos tarde u olvidamos el cuaderno
o no respondíamos correctamente la pregunta o si la lección no fue aprendida de
memoria.
¡Juanita,
de rodillas sobre las chapas, media hora por no aprender la lección! Que tal
marca de las chapitas. ¡Haber, Víctor, haga nudito con los dedos de la mano por
no hacer la tarea de matemática! Y te caída el reglazo de madera, en la punta
de los dedos. ¡María, no te has lavado las orejas, esta sorda! Y te daban un
tremendo jalón de oreja. ¡Luis, de pie, con los brazos abiertos, sostén estos
dos libros uno en cada mano, pobre de ti que bajes los brazos! Era una odisea
aguantar quince minutos.
La
educación ha sido un constante experimento con l@s estudiantes, se ha pasado de
la barbarie y la amenaza a “protegerlos” de la barbarie y la amenaza. Han
cambiado los términos y las épocas. Algun@s mayores aun suspiran cuando dicen “antes
sí era educación” “los tiempos pasados fueron mejores” y hay voces que se alzan
para reclamar mayor firmeza con l@s estudiantes por la forma como se conducen
en la sociedad.
Ni
antes, ni ahora, ni después, será, ni peor, ni mejor la educación. La educación
es la educación. Las personas cambian. Los pueblos cambian. Las culturas
cambian. Las perspectivas cambian. Los puntos de vista son distintos,
dependiendo de donde lo enfoques. Hubo excelentes profesionales y ciudadan@s y
autoridades antes como las hay hoy. Hubo pésimos profesionales y ciudadan@s y
autoridades antes como las hay hoy.
Hemos
despertado, quizá; tomamos más conciencia de la vida, puede ser; asumimos
mayores retos, sin duda; la tecnología nos ayuda, de acuerdo. Y sobre todo con
la revolución tecnológica nos hemos vuelto más fiscalizadores, vigilantes,
monitoreadores, examinadores, verificadores, controladores, espías, dominadores,
acechadores, husmeadores, suspicaces y desconfiad@s un@s de otr@s. ¿Eso es
educación? Sí. Eso es educación.
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