EMPÁTICO
FRANCISCO
El
Papa Francisco, sale y va al encuentro de l@s niñ@s, l@s ancian@s, l@s
enferm@s, mujeres y varones que llegan a visitarlo, eso permite la cercanía que
tiene el pueblo con él, es el amor, la misericordia que él quiere compartir con
cada una de las personas a las cuales se acerca para saludarles, darles un
abrazo, darles un beso, su bendición.
Se
identifica con cada un@ de ell@s, porque cada persona es su herman@. El Papa ve
en ell@s esa imagen de Jesús hech@ carne en nuestro mundo; así como Madre
Teresa de Calcuta, veía en cada enferm@, la imagen de Jesús sufriente, y eso,
la llevaba a atenderl@ con tanto amor, cariño, desprendimiento y ponía toda su
atención para escucharl@ y acompañarl@.
Por
eso, la imagen cercana que tiene el Papa Francisco con el pueblo, por ese
carisma que tiene de encontrarse con la gente más necesitada, que busca su
bendición, que busca una mano amiga, que busca una palabra de aliento, que
busca a ese ser trascendente en la imagen de una persona. Nos hace recordar al
Papa Juan Pablo I, llamado el Papa de la sonrisa.
La sonrisa y la alegría del Papa Francisco, es
contagiosa. Alegra a la gente. Alivia sus dolores. Calma sus angustias.
Devuelve la esperanza. Refresca la simpatía. Fortalece la confianza. Sana las
heridas. Anima a los caídos. Despierta a los adormilados. Endulza los dolores. Levanta
a los tristes. Suaviza las amarguras. Dios se hace hombre y el hombre alcanza a
Dios.
Y
algo bello del Papa, es cuando dice: recen por mí. Es una forma de mostrarnos
su humanidad y cercanía. Recen por mí, para no perder la paz. Porque la paz es
fruto de la oración. Y recordemos cuando se dirige a la Virgen de la Puerta:
Virgencita de la Puerta, échame tu bendición, danos tu paz y amor. Muchas
gracias.
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